Jordi Artigas trabaja sobre papeles gruesos y de alta calidad que prepara de forma similar a sus lienzos, aplicando una base blanca o teñida con café. Sobre esta superficie texturizada traza gestos potentes en negro, acompañados a veces por tonos azules, rosados o incluso matices fluorescentes. El resultado son composiciones intensas y equilibradas que reflejan su inconfundible lenguaje visual caligráfico, una constante en su pintura abstracta.